Aceite de sésamo puro, prensado en frío. Libre de gluten.
Rico en Omega 6 y con presencia de antioxidantes naturales propios de la semilla. Estos mejoran las defensas contra el stress oxidativo de nuestro cuerpo.
Ideal para saborizar cualquier tipo de comida, arroz, pastas, verduras cocidas, ensaladas, como aderezo en preparaciones calientes una vez retiradas del fuego. Los aceites prensados en frío son sensibles a la acción de la luz, del aire y del calor, mantenerlo en lugar fresco, bien cerrado y en un envase oscuro.
Desde un punto de vista nutricional, el aceite de sésamo destaca de la misma manera que lo hacen sus semillas cuando son consumidas enteras. Sorprende especialmente su composición en ácidos grasos insaturados, sobre todo ácido linoleico (omega 6) y ácido oleico (omega 9). También contiene interesantísimas cantidades de zinc, además de otros minerales y oligoelementos como calcio, magnesio y fósforo. En este sentido, no podríamos olvidarnos tampoco de su contenido en vitamina E, que ayuda desde un punto de vista natural a la hora de que el aceite no se ponga rancio. A su vez es un aceite rico en lecitina y fosfolípidos.
Aceite de sésamo puro, prensado en frío. Libre de gluten.
Rico en Omega 6 y con presencia de antioxidantes naturales propios de la semilla. Estos mejoran las defensas contra el stress oxidativo de nuestro cuerpo.
Ideal para saborizar cualquier tipo de comida, arroz, pastas, verduras cocidas, ensaladas, como aderezo en preparaciones calientes una vez retiradas del fuego. Los aceites prensados en frío son sensibles a la acción de la luz, del aire y del calor, mantenerlo en lugar fresco, bien cerrado y en un envase oscuro.
Desde un punto de vista nutricional, el aceite de sésamo destaca de la misma manera que lo hacen sus semillas cuando son consumidas enteras. Sorprende especialmente su composición en ácidos grasos insaturados, sobre todo ácido linoleico (omega 6) y ácido oleico (omega 9). También contiene interesantísimas cantidades de zinc, además de otros minerales y oligoelementos como calcio, magnesio y fósforo. En este sentido, no podríamos olvidarnos tampoco de su contenido en vitamina E, que ayuda desde un punto de vista natural a la hora de que el aceite no se ponga rancio. A su vez es un aceite rico en lecitina y fosfolípidos.